martes, agosto 15, 2006

De mudanza

De mudanza era una película muy fome de Richard Pryor por allá por los años '80, cuando arrendábamos VHS una vez a las quinientas. No era mucho el material que llegaba, no como ahora que cuando me paro y miro el estante del mal llamado Video Club (que ya a estas alturas deberia ser DVD Club), y me doy cuenta que he visto menos de la mitad de las películas. Y eso que veo unas 20 cada mes.

Pero en fin, ese no es el tema. Resulta que el sábado pasado, después de mucho esperar la entrega, mi buen amigo Andrés se cambió de departamento. Quedé invitado cordialmente, asunto que me imagino que a nadie le entusiasma mucho, pero es mi amigo, y voy con todo gusto. Pero la mudanza, estaba encargada a un par de viejos que con un camión, una yegua y harto trabajo, subieron y bajaron cajas, refrigerador, lavadora, muebles, etc. Yo me limité a mirar un poco, hacer algo de orden y luego de terminado el evento, ayudar a armar las camas, que es casi como jugar al lego con piezas más grandes. Ese fue mi aporte.

Hemos evolucionado.

Recuerdo haberme cambiado de casa unas 10 veces cuando era chico. De donde el Chino Won a donde La Trixie, de La Trixie a Viena, de Viene al Pasaje. En fin, muchos cambios. En esa época, debido al limitado poder adquisitivo, contratar una mudanza era impensado. Entonces, venía el tío Pato - más conocido como el inútil del Pato - y la tía Toña, con su furgón suzuki celeste y echabamos cuanta porquería cabía. Ayudaban todos. Una mudanza a pulso, sudando la gota gorda acarreando cajas, somieres desvencijados, mesas, sillas, sillones. Como olvidar al viejo mademsa, las cajas de loza (que eran para las visitas) y los cuadros de Riveros como hueso santo. Y lo pasabamos bien. Eramos menos burgueses. Nos cambiabamos con el perro y el gato.

No estoy diciendo que gracias a que nuestras vidas han evolucionado y tenemos acceso a pagar por un servicio este mal. Solo me acordé de esas tantas veces que nos cambiamos. De la sensación de llegar a un nuevo barrio, a ordenar todo y empezar de nuevo. Eso es, empezar de nuevo ...