jueves, febrero 07, 2008

De visita al mecánico

Así como en un post anterior reconozco que no soy delincuente y odio profundamente que me traten como a uno, pienso de esta misma forma cada vez que llevo el auto al mecánico. En realidad no lo llevo a un mecánico de cabecera, sino a la misma concesionaria donde lo compré, pero al no tener mayor experiencia en mecánica de automóviles, cada vez que tengo revisión salgo con la idea - probablemente equivocada - que me afilaron. Que me instalaron un repuesto alternativo, que el aceite no es de la calidad que dice la boleta y que en realidad me quedaban pastillas de freno para rato. ¡Quien sabe si me sacaron una pieza en buen estado para poner una defectuosa! ¡Y en la próxima revisión me la cambian y me la cobran!

¿Que puedo hacer en este caso? La respuesta sería tener un mecánico de confianza, amigo en lo posible. Pero esto no solo se reduce a la mecánica, sino a la gasfitería, las leyes e incluso la contabilidad. Habrá que confiar no más, y si algo falla existirán las garantías y las facturas.

Solo por pensar mal me castigo: voy a escribir 100 veces "no debo desconfiar de la gente" (¿el copy-paste sirve?).

Diabólico


"El payaso no me comerá ... el payaso es mi amigo ... el payaso no se transformará en una araña gigante ..."