domingo, noviembre 13, 2005

La insoportable obsesividad del ser

Los seres humanos somos tipos extraños. Conozco a varios. Y me incluyo.

En realidad no se si le pasará a todo el mundo, pero suelo caer en obsesividades. La obsesividad es un deseo que se impone en la mente, el cual no podemos evitar ni reprimir facilmente. Provoca ansiedad. No es lo mismo que un vicio, porque el vicio subentiende una negatividad o perjudicialidad: el vicio de fumar, de tomar, etc. En casos extremos, la obsesividad se transforma en un síndrome psiquiátrico.

Como algunos sabrán asisto regularmente al gimnasio. Esta mi principal obsesividad de la actualidad. Me cuesta no ir, me provoca una ansiedad tremenda no poder llegar, sobre todo por asuntos no controlados: más trabajo de la cuenta, trámites, invitaciones, etc. No me complica ni me lo cuestiono porque afortunadamente lo comparto con un grupo de amigas y amigos. El sábado en la noche asistí a un asado con todos estos individuos, en una de las tantas reuniones que celebramos regularmente. Ahi siempre llegamos más o menos los mismos, los mismos que llegamos a todas las clases y tratamos el tema con absoluta seriedad y constancia. Vamos casi todos los días. En algunos casos la obsesividad llega a 2 veces por día. Conocemos de memoria los tracks. Trabajamos constantemente por mejorar la técnica y subir los pesos. Cuando nos juntamos no podemos evitar conversar de los mismos temas, reirnos de tallas relacionadas con el tema e incluso escuchar música de gimnasio.

Si alguien nos mirara desde fuera, o apareciera alguien que no es del grupo, seguro que diría: "estos tipos están rayando". Pero nosotros nos sentimos bien, lo pasamos bien y nos gusta juntarnos cada cierto tiempo a compartir nuestra obsesión. A mi me hace sentir bien el hecho de sentir que no estoy solo en esto, que hay otros tanto o más obsesionados que yo y que lo puedo compartir, conversar y hasta reirme de ello. Muchas veces nos miramos y decimos "estamos cagados", pero seguimos ahi, cansados y transpirados, hasta extrañándonos cuando alguno falta.