domingo, diciembre 18, 2005

La Fiesta de Navidad (Parte IV, Final)

No les he contado el final de la historia de Navidad del Hogar Santa Cruz. La última vez que escribí, estabamos en que teníamos problemas de financiamiento. Luego de armar comisiones de recaudadores, que se encargaron casi perfectamente de llegar a todos, reunimos más de lo presupuestado. Y eso nos abrió el apetito.

Proyectamos todo para que fuera perfecto: Partimos el martes recorriendo la calle Rosas para comprar todo lo relacionado con decoración, platos y vasos. Seguimos el miércoles en Estación Central, buscando lo más económico en dulces y golosinas. En la tarde, hicimos las compras de helados y el jueves fue el día final, en el que compramos los premios para los juegos y lo restante en el supermercado. Fue una semana larga y agotadora, con mucho calor, pero la expectativa hacía que el cansancio casi no se sintiera.

Hasta que llegó el gran día. Y fue un poco decepcionante. Decepcionante por dos razones: una porque llegó mucha gente a la fiesta, pero de poca acción. La infaltable familia Miranda. Poco contacto con los niños, poco involucramiento. Algunas más preocupadas de hacerle notar a la directora que asi trabajamos, asi nos esforzamos. Vamos arando, dijo la mosca.

Segunda razón y la de más peso: los niños eran veraderos depredadores. Tengo claro que son niños con muchísimas carencias, que probablemente estos momentos han sido pocos en su corta vida, pero queda una sensación de que el asunto era "estos son los tíos de turno, abran sus sacos, recojamos y vámonos". Salvo excepciones notables, como la de Juan Gabriel, no hubo mucho respeto, ni compartir, ni sonreir y ni disfrutar.

No me queda claro si ellos hayan sentido algún valor a lo que hicimos. Que les quede en la memoria un momento imborrable. Probablemente con el pasar de los años se les confundirán las caras de esos tíos que venian a final de año, asi como se les confundiran las cosas que hacían o los regalos que recibieron. Ya les dio lo mismo.



(dedicado a Juan Gabriel, el único que lo disfrutó)