sábado, noviembre 26, 2005

Ya que te gusta el cine

No tengo otra opción que ir al cine. A pesar de lo mucho que lo odio, a ti te encanta, y es la única clase de invitaciones que me aceptas. Vamos al cine más a menudo de lo normal. Y ahi me veo, en una fila tremenda, con un montón de idiotas que se creen lo mejor del mundo porque gustan del cine. Aman el cine. Respiran cine. Devoran todas las películas que pueden y ya no saben distinguir entre una actuación de John Scott o de Rebeca Moore. Creen que reconocen o distinguen los pequeños detalles que introduce un gran director como Switz, pero en realidad no entienden nada. No leen entre líneas. No son capaces de distinguir las sutilezas de un guión bien hecho y uno de mala factura. Solo devoran cine. Y luego lo comentan y van a sus bares cinéfilos a tomar algo snob y a comentar cientos de películas. A comparar La Luna Inmóvil con La Última Mirada, cuando en realidad no son comparables. Lo hacen sólo por aparentar. Y discuten por horas, argumentan, hablan, repiten las secuencias, los dialogos, los gestos.

No se que es peor. Es como cuando me juntaba con mis amigos de la facultad y de lo único que sabían hablar era de fútbol. Pasaban horas comentando un partido insulso, jugadas totalmente comunes y corrientes como si fueran verdaderas obras de arte. Yo debí ser futbolista. A pesar de que lo odio, pero hace falta tipos como yo. Con cojones, con la mente más rápida que el promedio, colocando la jugada precisa en el momento en que la tribuna se viene abajo. Pero siguen hablando de partidos ridículos, de equipos que no figuran en ningun mapa, y tratando de demostrar quien sabe más. Esforzándose por aprender nombres de tipos que terminarán solos y arruinados. Como si en este país no hubiesen problemas reales, o temas de conversación más apasionantes.

Asi son tus amigos y los tengo que soportar. A los míos ya los soporte y ya no les veo. Es el sacrificio que hago por verte, por estar a tu lado. Como anoche que esperé durante 2 horas para comprar la entrada para el estreno de Canon Fatal. Hacía un frío terrible y creo que me enfermé. Mañana vamos y de ahi yo me acuesto. Nada de palomitas de maíz. Si quieres, después de este maldito estreno, anda con tus amigos a comentarla. Pero por suerte esta vez, la gripe me salva del aburrimiento.

(un homenaje a J.D. Salinger)