sábado, diciembre 31, 2005

El último post del año

Ha sido un año de emociones fuertes y de cambios profundos. De análisis, de replanteamientos, de pasos titubeantes con velo de seguridad y firmeza. Lejos lo más importante de este 2005 fue el nacimiento de mi hijo Juan Pablo, aquella noche del 8 de Junio. Ver nacer un hijo marca, son momentos imborrables que guardaré hasta el último día. Verlo crecer es igualmente emocionante, y espero superar la ansiedad que me provoca esperar a que hable, a que se comunique con el mundo y podamos interactuar mejor.

Hoy mientras veía Magnolia, un personaje decía que la vida es muy larga. Si, quizás es muy larga. Si miro hacia adelante y pienso en que todos mis años por venir tendrán la potencia y la emoción que tuvo este, no se si pueda aguantarlo hasta los 100, como es mi gran deseo. Pero quizás a esa edad, si es que los blogs existen y ustedes aún viven para leerme, probablemente les diré que la vida es corta y que ojalá, si es que creen en el Doctor Weiss, pueda encontrarme en la siguiente con todos ustedes.

Un gran abrazo a todos, ¡fuerza y alegría para el 2006!