Cerro San Cristóbal

El domingo era día de elecciones, asi que nada que hacer. Los cines cerrados, los mall también. Restaurantes, supermercados, almacenes, todo. Incluso el gimnasio. Si tuviera televisión, podría sentarme durante horas a ver como todos ganan y como un montón de viejos fomes analizan una y otra vez los escenarios políticos, las consecuencias de la victoria de uno u otro bando, la última foto de Michelle o los escupitajos a Longueria. Sigo pensando que fue lo mejor divorciarme de la caja idiotizante.

Asi que para mantener los niveles de entrenamiento constantes, recibí una invitación a subir el Cerro San Cristóbal de parte de Isabel. Al principio ibamos a ir al cerro La Cruz, que queda en el Parque Mahuida (al final de Larraín), pero era mucho y lo dejamos para otro día. El San Cristóbal es más plano, pero a todo sol los 5 kilómetros de subida pueden parecer interminables. Pensarán que es estúpido subir un cerro, un día domingo, a las 2 de la tarde con más de 30 grados de calor, pero la invitación era irresistible. Si conocieran a la Isa, sabrían a que me refiero. Y por si fuera poco, en la cumbre venden un mote con huesillos extraordinario.

Al final de la tarde, bocinazos por montones anunciando el triunfo de Michelle. Las mujeres al poder, algún día tenía que pasar. Veamos que tal resulta el experimento. Prometo que si todo va bien, me transformo en zángano. Culto y pleitesía a la reina para siempre. Que ellas decidan y gobiernen nuestras vidas. Si al final de cuenta es más o menos así, solo que no queremos reconcerlo.