Recuerdos del pasado

Cuando pendejo, estando en el colegio con 15 años, me enamoré perdidamente de una niña que iba dos cursos más abajo. Para protegerla en el anonimato, la llamaré Consuelo. Era pequeña, rubia y de hermosos ojos azules. O verdes, ya no recuerdo. Sigue siendo pequeña y encantadora. Es el ideal clásico que se busca a esa edad. A uno no le interesa ni la más inteligente, la más entretenida o la más conversadora. La belleza manda. Algo que lamentablemente yo no tenía, pero si poseía (y creo aún poseer) algunas de las otras características mencionadas anteriormente. Resultado: sex appeal cero. Nada de citas, ni pololas, ni pretendientes. Un total fracaso en las lides amorosas.

Pero gracias a algunas gestiones realizadas, consegui invitar a Consuelo a una fiesta del colegio. Año 1991, todos bailando en hilera, haciendo pasitos cortos para el lado, nada de coreografías axé ni perreos. Las fiestas terminaban como máximo a las 2:00 AM y todos esperaban ansiosos el momento en que tocaban 3 o 4 blues para iniciar el asalto. En ese minuto, luces apagadas y sonando "El 7 de Septiembre" de Mecano. Uff. ¿Que digo? ¿Que wea hago ahora?

Parece mentira
que despues de tanto tiempo
rotos nuestros lazos ...

No recuerdo que estupideces, promesas o imbecilidades pude haber susurrado al oído esa noche. Pero el resultado fue desastroso. La respuesta fue un clásico: "Es que te quiero como amigo", sacado de un manual que de seguro deben leer las mujeres escondidas en sus baños, sin que nosotros tengamos conocimiento del él. Fue una sacada de pillo genial, de la que uno no está preparado, ni tiene una respuesta convincente. No hubo retruco. De ahi fue sólo terminar de bailar, amigos como siempre (o como nunca) y cada uno para su casa.

Hago este recuerdo, valorando con los años, las valientes y sabias palabras de mi amiga Consuelo. Puede que en definitiva sólo sea un buen amigo.