Reuniones que matan

Alguna vez leí en alguna parte, que un connotado especialista en administración decía algo así como que en el ámbito laboral una reunión de más de media hora y con más de cinco personas es una total pérdida de tiempo. Concuerdo plenamente. No soy muy asiduo a asistir a reuniones y prefiero evitarlas. Pero el jueves pasado tuve que ir por obligación a una en la que en una sala pequeña, se reunieron 9 cerebros pensantes. En realidad creo que fueron 9 lenguas batientes solamente.

No es por desmerecer el trabajo de nadie, pero hay áreas completas de mi empresa dedicadas solamente al arte de realizar reuniones: las hacen de mañana, de tarde, a la hora de almuerzo y fuera de horario de oficina. Hablan durante horas sobre la problemática ésta y el procedimiento aquel, pero en definitiva no resuelven nada. Escriben minutas con compromisos que nadie respeta, planifican en gantts que se pierden en el tiempo y en las actualizaciones, citan a la próxima reunión con una facilidad enorme, sin saber (o quizas sabiendo) que para quienes no están en el tema es una verdadera lata juntarse a discutir siempre los mismos problemas sin resolverlos.

Debiera haber algún mecanismo de control para estos individuos o áreas lateras dedicadas simplemente a ocupar salas de reuniones y a justificar la compra de pequeñas tazas de café. Que sus reuniones sean ejecutivas, que los compromisos se cumplan, que se preocupen de la audiencia y que no rellenen con chistes y anécdotas fomes. Si al final de cuentas repartir la pega no es tan difícil y cobrarla menos. Algo habrá que hacer con estos individuos. Podríamos juntarnos para ver que hacemos.

PS: A quienes les interese mi vida personal, estoy con una faringitis de la puta madre. Disculpen los improperios, pero después de cuidarme durante meses en invierno, vengo a caer justo en verano. Eso me pasa por hacer tanto desarreglo, pero mi buen Doctor Santana siempre tiene respuesta para todo. Grande Santana.