domingo, noviembre 27, 2005

A propósito de absurdo

En Chile, el Rey del absurdo claramente es Andrés Rillón. Es un maestro, el sensei nacional. Hace un par de meses (agosto '05) apareción en la revista Fibra (Q.E.P.D) un reportaje en el cual se cuenta la historia que desde hace cinco años, el actual notero de C.Q.C. Fernando Lasalvia, llama a Rillón haciéndose pasar por el General Klaus von Fisterburg, que vive en San Clemente y está dedicado a la fabricación de cuchillos cartoneros. Obviamente, Rillón le sigue el juego y conversan durante largo rato. Ni sabe quien está al otro lado del teléfono, tampoco le interesa.

Cuando le preguntaron a Rillón sobre las llamadas telefónicas, el maestro dice lo siguiente:

Es un personaje muy forzado, la historia es inverosimil. Imagínate: un general alemán de la Segunda Guerra Mundial de más de sesenta años, no tiene verdad. Entonces él parte de un hecho que no es verdadero. Eso te desincentiva y pierde fuerza. El absurdo no es acumulación de incoherencias, es la conjugación de un juego de coherencias que son muy improbables. Es un cuento que tienen la continuidad de algo posible, algo de factible. Pero si te hablo de que estoy subiendo hasta el octavo piso, arañando la pared de un edificio inclinado en ocho grados y pasan naves espaciales y estoy con dos bombas atómicas en mano y pienso en tratar de aterrizar, es inverosímil. El absurdo no puede sobrepasar esos límites, se acerca bastante a lo improbable, pero no sobrepasa lo inverosímil. Si alguien te llama solamente para acumular conceptos sin sentido, eso no es absurdo.

Esa es definición. Aprendan, hijos míos. Ahora, para muestra un botón. El otro día llamaron equivocadamente a Rillón y se produjo una conversación del siguiente estilo:

- ¿está el señor Guajardo?
- No, se fue a Coquimbo
- ¿y a que hora se fue?
- a las cuatro de la mañana
- ¿y dijo cuando volvía?
- no, porque apenas lo conozco
- pero, ¿no vive ahi?
- si, pero llevamos vidas muy separadas

En verdad es un maestro. Idolo. Cuando viejo quiero ser como Rillón.

(nuestros agradecimientos a Revista Fibra)