De visita al mecánico

Así como en un post anterior reconozco que no soy delincuente y odio profundamente que me traten como a uno, pienso de esta misma forma cada vez que llevo el auto al mecánico. En realidad no lo llevo a un mecánico de cabecera, sino a la misma concesionaria donde lo compré, pero al no tener mayor experiencia en mecánica de automóviles, cada vez que tengo revisión salgo con la idea - probablemente equivocada - que me afilaron. Que me instalaron un repuesto alternativo, que el aceite no es de la calidad que dice la boleta y que en realidad me quedaban pastillas de freno para rato. ¡Quien sabe si me sacaron una pieza en buen estado para poner una defectuosa! ¡Y en la próxima revisión me la cambian y me la cobran!

¿Que puedo hacer en este caso? La respuesta sería tener un mecánico de confianza, amigo en lo posible. Pero esto no solo se reduce a la mecánica, sino a la gasfitería, las leyes e incluso la contabilidad. Habrá que confiar no más, y si algo falla existirán las garantías y las facturas.

Solo por pensar mal me castigo: voy a escribir 100 veces "no debo desconfiar de la gente" (¿el copy-paste sirve?).

Diabólico

"El payaso no me comerá ... el payaso es mi amigo ... el payaso no se transformará en una araña gigante ..."

Estacionamiento

Aqui hay otro asunto que ultimamente me tiene hasta más arriba de la corona. Probablemente, debido a la falta de creatividad de grandes instituciones y empresas de este país, la ultima moda en estrujar y chupar sangre esta relacionada con los estacionamientos. Vas a un lugar, y para acceder a él debes hacerte presente con una pequeña colaboración a las arcas, pagando tributo a la posibilidad de dejar tu automovil inmóvil durante el trámite.

Durante el año pasado estudié en la PUC. A mediados de año instalaron un completísimo sistema de estacionamiento, para el cual se debe cancelar $550 por cada vez que ingresas al campus. Pero no sean mal pensados, la Universidad no lo instaló para ganar dinero, sus valores morales e ideales no les permiten hacer eso. La razon verdadera esta relacionada con el desincentivo del uso del automóvil y la protección del medioambiente. Luego, si esto además les permite atesorar 12 lucas mensuales por estudiante motorizado, es un detalle, y ellos con la gracia divina seguramente destinaran estos ingresos a fines altruistas y filantrópicos. Si, estoy seguro de eso (Por la Patria, Dios y la Universidad).

Siguiendo en la línea de cobros a mi juicio fuera de lugar, hoy por la tarde fui a mi tercera sesion de Kinesiología, coincidentemente a un establecimiento de la misma casa de estudios. El programa de 10 sesiones cuesta aproximadamente $150.000, pero si quieres utilizar el estacionamiento, debes pagarlo aparte. Obvio. Si cada sesion dura más de una hora, en total habré gastado $14.000 en estacionamiento, lo cual - naturalmente - la isapre no reembolsa. ¿Porque no se preocuparán de un servicio integral? ¿De pensar en los pequeños detalles? Si el tratamiento tuviese un valor a pagar de, supongamos $160.000, incrementando el tremendo costo que les significa tener a un empleado ganando el sueldo mínimo en la puerta repartiendo tarjetitas, parte de ese aumento sería reembolsado por la isapre y en definitva el traspaso a la cuenta particular se ve disminuido drásticamente. Pero no, la idea es hacer gastar, es estrujar hasta el ultimo centavo, coludidos con legislaciones y amparados por una tendencia.

Ustedes se preguntarán: ¿Porque va en auto? ¿Porque no deja el auto en la casa? Pff ... razones sobran. ¿Empezamos por el Transantiago? Discusion para otro día.

Finalmente esto me lleva a la reflexión que, y es algo que pienso hace mucho, los automovilistas son la "clase social" más desamparada y estrujada de esta país. Antiguamente, y corríjanme si me equivoco, el permiso de circulación debería estar relacionado con la construcción de caminos y la mantención de los mismos. Actualmente las autopistas decentes son concesionadas (gasto aparte) y el resto de las avenidas son una coleccion de *eventos*. El precio de la bencina, sin comentarios. El SOAP, La Revisión Técnica, La Mantención y el Seguro. Y pa' más remate, cada vez que me paro un semáforo, aparece un gil con tres pelotas de tenis y otro a limpiarme el vidrio. ¡Please! ¡Paren de cobrar!


UPDATE: Ahora recuerdo que cierto amigo mío, me pidio que planteara *soluciones*. Aqui van algunas:

1. El permiso de circulación debe garantizar eso: la "libre" circulación. Esto implica que las calles deben estar en buenas condiciones y puedo estacionarme a destajo en la calle, sin parquímetros. Si quieren subirlo un poco, puede ser, pero prefiero pagar algo regulado, que estar a merced de las trampas de los parquimetros humanos y los acomodadores de autos.

2. El permiso de circulación debe estar - asi como en algunos países europeos - relacionado con el peso y la cilindrada del auto, no así con su valor comercial. Un automóvil nuevo ya paga impuesto, asociado con su valor comercial (se llama IVA), no tiene porque pagar otro para poder circular. Una micro vieja que contamina o un camión de 50 toneladas que sí desgasta más una calle, ambos deben pagar mayor tributo que un automovil cero kilómetro, cero emisión, motor de baja cilindrada y norma europea de emisión de gases. Eso es desincentivar, pero desincentivar al que más problemas provoca.

3. Eliminar el SOAP, que no sirve para nada. Si a alguien le sirvió, que cuente. Y si quieren una medida intermedia, que sea optativo, asi como son los seguros particulares.

4. Y por último: Mejoren el sistema de transporte público. En una de esas toda esta discusión es estéril, si mañana me subo a un Transantiago y dejo el auto en la casa. Pero para eso, lo mínimo es que no venga llenísimo y que tenga la regularidad necesaria.


UPDATE x2: Ayer en mi última sesión de Kinesiología, vi publicada una circular del Centro Médico, en donde se exenta de pago de una hora a los clientes en tratamiento. Mis plegarias fueron escuchadas, ¿tanta gente lee este blog?

Créame, no soy delincuente ...

Hace rato que no viajaba. La semana pasada, producto de un par de reuniones de trabajo, volé a Lima por un día. Y a pesar del cliché de LAN que versa sobre el encanto de volar, la realidad dice lo contrario.

A mi me encanta viajar, pero se me hace insoportable la cantidad de revisiones, chequeos y papeleos que hay que hacer cada vez que uno ingresa o abandona el país. Los sistemas y controles utilizados por Policía Internacional se basan en la premisa que el 100% de los ciudadanos son potenciales delincuentes y deben sufrir toda clase de auscultaciones en la búsqueda de drogas y toda clase de armas, incluyendo itemes de alta peligrosidad como los temibles cortauñas y encrespadores de pestañas. Eso sin contar que el personaje que controla aparentemente está entrenado para demostrar que te está *casi* haciendo un favor, sin ninguna clase de cordialidad o modales.

A mi juicio, lo más grave de esta situacion, que también aplica en otros negocios, es la suposición injustificada de que eres un delincuente y mereces ser revisado. Como cuando vas al supermercado y el guardia te marca la bolsa que llevas o te pide que la dejes en un locker. O como cuando el cajero revisa por varios métodos si el billete que entregaste es verdadero o la fotocopia te quedo buenísima. Todos ellos parten de la base que uno es ladrón o delincuente, que la honra es algo anticuado y que ahora solo vale el sálvese quien pueda.

Que ha habido un incremento en las actividades delictuales, si. No cabe duda. Hay más frescos de raja en este mundo y cada día paren más. Pero que los ciudadanos intachables aún somos mayoría exige que se revisen esos procedimientos y esa mirada maliciosa, por respeto, y además porque nosotros no debieramos permitirlo.

UPDATE: Otra cosa que no comenté fue que justamente ayer, luego de una agotadora reunion en Telmex llegué a las 19:30 hrs. a mi oficina. El guardia, que es nuevo y obviamente no me conoce, empezo su rutina de preguntas y más preguntas para dejarme pasar. Queria una autorizacion de mi Jefe o del Gerente General. Nombre, RUT, anexo, piso en el que trabaja, solo falto la huella dactilar. Esta bien, está haciendo su pega, pero los métodos o el procedimiento de validacion no es el adecuado.

Malditos Bloggers

Hoy, leyendo el blog de Belisario - una de esas inútiles columnas de opinion que hay en terra.cl - me dio nostalgia mi viejo blog y voy a retomar la escritura. Recuperando contraseñas y accesos me percaté que al publicar éste artículo es precisamente el #100, es un buen número para renacer y contar nuevas historias y recibir opiniones.

Lo que particularmente me llamó la atención del blog que leí, del cual el artículo no pasa de ser una opinión, una ironía a la vez, es la cantidad de comentarios que genera y el tenor de cada uno de ellos. Hay una cantidad de personajes siniestros en la blogósfera, que comentan con una brutalidad asombrosa, van a título personal, hieren en lo profundo, y en vez de realizar aportes o combatir la ideología, tratan de censurar y apabullar a quien la emite. Ahora entiendo perfectamente el significado de lo que es ser chaquetero, de romper con todo al paso, sin tener la suficiente madurez para cambiar el switch y sumar, en vez de restar o dividir.

Habrá que vivir con eso, y trataré de formar parte de la armada que defiende las ideas, que publica y pone los temas en la mesa, en vez de atrincherarse en los anónimos comentarios y en simplemente destruir.

De mudanza

De mudanza era una película muy fome de Richard Pryor por allá por los años '80, cuando arrendábamos VHS una vez a las quinientas. No era mucho el material que llegaba, no como ahora que cuando me paro y miro el estante del mal llamado Video Club (que ya a estas alturas deberia ser DVD Club), y me doy cuenta que he visto menos de la mitad de las películas. Y eso que veo unas 20 cada mes.

Pero en fin, ese no es el tema. Resulta que el sábado pasado, después de mucho esperar la entrega, mi buen amigo Andrés se cambió de departamento. Quedé invitado cordialmente, asunto que me imagino que a nadie le entusiasma mucho, pero es mi amigo, y voy con todo gusto. Pero la mudanza, estaba encargada a un par de viejos que con un camión, una yegua y harto trabajo, subieron y bajaron cajas, refrigerador, lavadora, muebles, etc. Yo me limité a mirar un poco, hacer algo de orden y luego de terminado el evento, ayudar a armar las camas, que es casi como jugar al lego con piezas más grandes. Ese fue mi aporte.

Hemos evolucionado.

Recuerdo haberme cambiado de casa unas 10 veces cuando era chico. De donde el Chino Won a donde La Trixie, de La Trixie a Viena, de Viene al Pasaje. En fin, muchos cambios. En esa época, debido al limitado poder adquisitivo, contratar una mudanza era impensado. Entonces, venía el tío Pato - más conocido como el inútil del Pato - y la tía Toña, con su furgón suzuki celeste y echabamos cuanta porquería cabía. Ayudaban todos. Una mudanza a pulso, sudando la gota gorda acarreando cajas, somieres desvencijados, mesas, sillas, sillones. Como olvidar al viejo mademsa, las cajas de loza (que eran para las visitas) y los cuadros de Riveros como hueso santo. Y lo pasabamos bien. Eramos menos burgueses. Nos cambiabamos con el perro y el gato.

No estoy diciendo que gracias a que nuestras vidas han evolucionado y tenemos acceso a pagar por un servicio este mal. Solo me acordé de esas tantas veces que nos cambiamos. De la sensación de llegar a un nuevo barrio, a ordenar todo y empezar de nuevo. Eso es, empezar de nuevo ...

Simplemente morbo

Hace días que no escribo. Nada para destacar, como dice una canción de Attaque 77. Los días en Santiago ultimamente se me han hecho todos similares, todo sigue gris, todo cubierto por esa maldita capa de smog. Pero siempre con esa esperanza estúpida de que pase algo que cambie el panorama, algo que te haga reaccionar.

Hoy pasó algo. Pero no fue nada agradable. Después de sortear algunos problemas automovilísticos llegué como todos los días a mi trabajo, ubicado en la calle Miraflores. Al entrar, algo diferente, todo el mundo pegado en la ventana ... la razón: si vieron las noticias, hoy un tipo se suicidó en plena calle, colgándose con unas sábanas. Triste desenlace, debe ser una decisión dificil. Pero si piensan que esto logró impactarme, no. Lejos lo que más me llamó la atención fue lo morbosa que es la gente, que miró durante largo rato la escena. Que la comenta, que se llena la boca con el horror de la muerte, cuando el horror es de ellos, que no pueden evitar mirar y admirar.

Llevando el asunto hasta límites insospechados, hasta un par de binoculares aparecieron para poder mirar desde cerca ... como si la muerte fuera un juego. Todos celebran que a otro le tocó perder, pero también sabemos que en este caso no seremos ganadores eternamente.

Cuando muera ...

Hay una canción de los Fiskales Ad-hoc, incluida en su disco Fiesta, que se llama CUANDO MUERA. La canción dice así:

Mirando hacia atrás, en la historia
con la bala pasada, con la bala pasada
mirando hacia atrás, en la historia
con la sangre totalmente infectada
con el odio, con la rabia, del que perdio la batalla
el rencor, acumulado, en la memoria me hace reventar ...

Vamos a celebrar, vamos a celebrar
cuando muera Pinochet.

¿Que acontecimiento podría provocar más polémica que éste? Imposible que encuentren otro. Se los aseguro, hijos míos, ese día en Chile va a quedar la grande. Chile nuevamente se partirá en dos: los que celebran y los que lloran. Los vencedores y los vencidos. La tragedia y la comedia. Veremos desfilar por las calles al profesor que guarda challa desde hace años, se destaparán botellas atesoradas para la ocasión, se derramarán lágrimas y se entonarán cantos: fúnebres y alegóricos.

Espero que la inmensa mayoría se comporte ajena a lo que suceda. Que no transformemos Chile en lo mismo de siempre, de lo que venimos escapando. Que no se despierten los rencores, que nadie lo aclame, que nadie lo celebre. Simplemente ignorémoslo, sigamos adelante. Sabemos que no podrá ser ignorado por la historia, pero dejémoslo que se vaya como una caricatura y no como un soldado.

Y para sus detractores, aquellos que guardan tanto odio: ¿a quien seguirán odiando después de su partida?

Un techo para Chile, uno decente

En este blog, en sus inicios, comenté la construcción de una mediagua como parte del programa Un techo para Chile. A pesar de que es una noble cruzada, yo personalmente quedé un poco insatisfecho con el resultado, del punto de vista de que a pesar de que se entrega una "solución habitacional", no es de las mejores.

Ahora me entero, quizás un poco tarde debido a la falta de televisión, de la polémica iniciada hace aproximadamente un mes atrás por la entrega de las famosas Casas Chubi. Ya con el nombre partimos mal. Resulta que estos engendros arquitectónicos, de apenas 29 mts cuadrados, fueron entregados a los vecinos de la toma de Peñalolén.

¿Es posible que una familia pueda vivir en 29 mts cuadrados? La respuesta natural es no, y eso que tambien hay de 12 mts. O sea de poder siempre se puede y lo más probable que esta solución sea mejor que lo que tienen en la actualidad, pero siempre hay que pensar que sería lo correcto y lo normal. A todos nos gusta llegar a nuestra casa y tener espacio suficiente para dormir, comer y estar. Obviamente, el gobierno puede escudarse en la (infaltable) falta de presupuesto. Para nadie es un misterio que para comprar huevos, se necesita plata.

Ahora si el gobierno hiciera un esfuerzo, destinando más recursos a construir casas mejores, ¿podría hacer la gente un esfuerzo también? Quien sabe. Probablemente no. Como la ley que nos rige en general es la del mínimo esfuerzo, la gente no estaría dispuesta a entregar lo que le piden ahora: 20 UF inicial ($350.000) más 80 UF ($1.400.000) con un crédito. Si lo piensan bien, es poca plata, pero hay gente que no la tiene. Como hay gente que si la tiene, pero prefiere gastarla en otras cosas. Y si subimos la calidad de las casas, lo más probable es que más gente se sume, nos ponemos todos a la fila.

Y hay más problemas. ¿Donde trasladar e instalar estas nuevas poblaciones?. En algunos sectores de Peñalolén y La Florida, antiguamente abundaban los terrenos y comenzó una explosión de construcción, de casas por sobre las 2.000 UF. ¿Que pasaría si luego de que te compraste tu linda casa de 3.800 UF, de 140 mts, en el terreno del frente - o de dos cuadras más allá - instalan la Población de las Casas Chubi? Nos compadecemos de las historias, de las familias y de las miserables soluciones que entrega el gobierno de turno. Pero nadie los quiere cerca. ¡Pero como! Si al final de cuentas, ¡todos somos iguales! ..... igual de prejuciosos, igual de racistas, igual de flojos, igualmente delincuentes (pero unos somos más iguales que otros).

El Perseguidor

Si algo me conocen, sabrán que me gusta la música. Y no me quedo en un solo estilo, sino que dependiendo del estado de ánimo, de recomendaciones o de locura pasajera, voy cambiando, busco nuevas influencias. Dentro de todos los estilos, el Jazz es uno de mis favoritos. Lamentablemente, no es de los más populares, asi que no me queda otra que disfrutarlo solo. Todavía me acuerdo de la vez que fui a ver a Los Titulares (la banda de Pancho Molina, ex Los Tres) que presentó su versión de A Love Supreme de John Coltrane. Es una de las grabaciones más notables de Coltrane y mientras yo estaba feliz, mis acompañantes bostezaban. Al final, para ellos la noche se salvó bailando Axé en el extinto Empanadium.

Uno de los pocos lugares en Santiago donde se puede escuchar Jazz en vivo es El Perseguidor (Antonia López de Bello 0126, Barrio Bellavista) un pequeño Bar-Restaurante donde caben unas 150 personas. Fue llamado así gracias a un cuento de Julio Cortázar, sobre la vida de un saxofonista de Jazz, y que según dicen está basado en la vida de Charlie Parker. Es un gran nombre para un lugar así. Clever, at least.

Anoche se presentaba en ese lugar el Sr. Cristián Cuturrufo, el más destacado trompetista nacional, con una de sus agrupaciones dedicada a la fusión del Jazz con el Funky. Excelente para un sábado en la noche, y a pesar de que fui solo, lo pasé extraordinariamente bien. El virtuosismo y la mágia de Cutu nos dejó a todos locos, que terminamos eufóricos de pie - yo inclusive sentado en el mesón de la barra del bar - ovacionando el tema final, una mezcla de Bésame mucho y Brazil ... cualquiera que hubiese estado anoche, independiente de su gusto por el Jazz, hubiese terminado de pie, gritando y pidiendo otra más.

Dicen que la mejor forma de aprender a valorar y querer el Jazz es escuchándolo en vivo. Y anoche, no quedó duda de aquello.

El mensaje del día

Ahí va el mensaje del día. Presten atención porque es muy importante. Cepillense los dientes, alimentense bien, tómense las vitaminas y usen calzado suave. Los homo sapiens llevamos una mochila bastante pesada: la conciencia. Y todos sabemos que un día nos van a pedir que nos bajemos del tiovivo. Más vale tener un cadáver bien parecido. ¿Y qué es lo que debemos hacer? ¿Adelantar un camión con la moto o darnos de bruces con una hipoteca de treinta años? La eterna lucha.

-- Chris Stevens, Doctor en Alaska (1990)

[ vía Microsiervos ]

Desde el anonimato (AKA el engaño)

Hoy he recibido una oleada de comentarios. Todo a partir de un artero ataque, proveniente del más absoluto anonimato.

Solo me llama la atención que tras la máscara anónima que ofrece la red y la posibilidad de opinar sin que sepan quien eres, te encuentras realmente como es la gente. Tras sonrisas de cordialidad y mientras uno esté de frente, puede que todos sean tus amigos y te reciban con los brazos abiertos. Incapaces de hacerte daño. Pero, ¿que pasa cuando nadie nos ve? ¿cuando no existe la posibilidad de ser detectados? Si nadie estuviera mirando mientras estás en el supermercado, robarías ese chocolate? Si tuvieras la certeza de que nunca nadie lo sabría, ¿te irías sin pagar del restaurante? Buena pregunta.

Como perfectamente se menciona en el Freakonomics:

¿Quien engaña? Si el interés es razonable, casi todo el mundo.

Ustedes dirán que no lo hacen, pero si la memoria no les falla se acordarán la vez que no le quisieron contestar el celular a alguien. O que rechazaron una invitación con una excusa falsa. O que les dieron vuelto de más y huyeron rapidamente.

En este caso el engaño proviene de poder decir lo que se piensa, sin decirlo de frente. Pero pierde toda validez. Por cobardía, por insensatez. Y ahora, ¿que me podrán decir desde el anonimato?


PS: Activé la opción de moderación de comentarios. No se asusten si sus comentarios no se ven reflejados inmediatamente. Primero los reviso, después los publico. La censura aplicará solo para los desubicados de siempre. Hasta ahora no ha sucedido, y espero que nunca suceda.

Swingin' on a star

... and all the monkeys aren't in the zoo
Every day you meet quite a few
So you see it's all up to you
You can be better than you are
You could be swingin' on a star

-- Swingin' on a Star, Frank Sinatra
(aunque la original es de Bing Crosby)

Historias con lustre

Paseo Huérfanos. 14:25 PM. Después de un almuerzo a la rápida, comiendo alguna porquería del Dominó o de El Alemán, me dirijo de vuelta a la oficina. Mis zapatos están viejos y tienen cara de cansados. No estaría mal entregarles una lustrada en reconocimiento al trabajo de años ... ya no es como cuando estaba en el colegio y me sentaba el domingo en la tarde a lustrar mis zapatos y mi hermana patudamente me dejaba los suyos. La justificación era siempre la misma: a ti te quedan mejor que a mi. Pequeño e inocente (cuando aún me gustaba el fútbol) accedía. Los dejaba siempre impecables.

Pero en fin, me desvié del tema. Así caminando encontré al clásico lustrabotas del centro de Santiago. Por $300 pesos estos señores hacen maravillas. No tengo ninguno al que vaya recurrentemente, así que elegí a cualquiera.

Estos señores son como los taxistas, conversan y cuentas sus historias al cliente de turno. Son historias que aunque parezcan inverosímiles o absurdas, son reales, auténticas. Mi lustrabotas en esta caso, mientras yo ojeaba un ejemplar de La Cuarta, se situó a finales de los 70's, inicios de los 80's, donde había participado en una carrera de carretones (de mano) para Sábados Gigantes. Esos inventos populares del Guatón Francisco, que hacían que las tardes de los sábados pasaran más rápido, cuando no existían los mall, cuando la vida era más simple. La carrera consistía en ir desde el canal (ubicado en Bellavista), pasando por Av. Matta, hasta llegar a Las Rejas. Eso es un trayecto de unos cuantos kilómetros, unos 20 ó 30 me atrevería a decir. El amigo lustrabotas, que tenía oponentes duros y con carretones arreglados, se mantuvo en los primeros lugares durante todo el trayecto. Su carro se hacía pesado en las bajadas y ligero en las subidas, según me contaba. Atrás dejaba kilómetros, casas, quiltros callejeros y telespectadores siguiendo atentamente la carrera. Hasta que llegaron los metros finales y apostando corazón y coraje, avanzó hasta el primer lugar y ganó.

Tuvo su minuto de fama el hombre. Un corte de tela y una canasta familiar fueron sus premios. Después de 25 años, todavía lo recuerda y se emociona.

Mundial

Antes gozaba con el fútbol. Y el mundial era una fiesta.

Cuando mi edad rozaba las dos cifras, caí enfermo con hepatitis. Porca miseria, dirán ustedes. Pero no, afortunadamente fue un par de días antes del inicio del Mundial de México en 1986, por lo que comprenderán que pasé un mes en cama dedicado al fútbol. Vi el mundial completo. Completé tres albumes, en la época en que las láminas eran de cartón y habia que pegarlas con cola fría. Me sabía los nombres, estatura, peso y club de cada jugador. Era totalmente fanático.

Pero ha pasado el tiempo y cada vez el mundial me interesa menos. En realidad es el fútbol el que ya no me interesa. En nuestro país, donde el fútbol está administrado, dirigido y practicado por analfabetos, la relación de cada uno con él tiene que ver con el grado de inocencia. Inocente aquel que cree que algún día nuestra pobre selección llegará a un mundial, sin utilizar la calculadora, sin especular que para clasificar hay que ganarle en el último partido a otro equipo por tres goles, siempre y cuando el país vecino pierda por cinco. Y el muy gil va al estadio, compra la camiseta, contrata el CDF. Inocentes aquellos que piensan que algún dia nos meteremos en la casta, donde están siempre los mismos. Lamentablemente no tenemos condiciones naturales y administrativas para ganarles a los grandes. Y así no se puede.

El fútbol y la inocencia. Hace rato que la perdí.